lunes, 11 de mayo de 2015

Capítulo 11: Lo que pasó y pasará



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

https://www.youtube.com/watch?v=7fpoxxl0LuU

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Dolorido, inmóvil, triste... Abraham se despertaba en un Mundo mucho mejor que el que conocía, incapaz de saber dónde estaba, pero echando de menos a todos aquellos que había dejado atrás en el Mundo en el que nadie quería vivir. Tuvo que reunir muchas fuerzas, y no sólo físicas, para ser capaz de levantarse y poder ver por primera vez en años un enorme Sol dorado a lo lejos brillando por encima de su cabeza. El lugar era tenuemente reconocido por el antiguo príncipe, aquel lugar era claramente Eclissis salvo por la diferencia de luz y de tranquilidad en el ambiente.

-Ahhh... ¿qué...?

Al incorporarse se dio cuenta de que estaba en las almenaras del castillo y tenía un enorme dolor de cabeza, por suerte su cuerpo había sido protegido durante el viaje por la armadura que aún portaba, en su bolsillo aún se encontraba el hechizo y lo sacó para leerlo en su mente.

-Kuroi dijo que esto me mantendría disfrazado. Habrá que usarlo.

Ahora leyó el hechizo en voz alta y pudo ver como su cuerpo empezó a cambiar de pies a cabeza, hasta la armadura, que aún sentía que estaba ahí, desapareció y notó como su flequillo cambiaba de color aunque el mismo cambió que le sucedió en los ojos no pudo advertirlo, obviamente.

-Bueno... supongo que éste es el aspecto de Jake. Abraham ya no existe de momento.

Después de eso el chico se quedó mirando un rato las vistas que aquel lugar le ofrecían hasta que se dio cuenta que el tiempo apremiaba.

-Bueno... Kuroi me ha estado preparando para este día durante años, sé a dónde ir y lo que debo hacer, y creo que tengo el poder para hacerlo. Sólo de pensar que voy a volver a verles... Pero no, debo mantener la compostura, Jormurgand será poderosa, no puedo dudar ni un momento.

Y finalmente decidiendo ponerse en marrcha, Abraham invocó su otra armadura y su Llave deslizador y se lanzó al Espacio entre los Mundos sin dudarlo rumbo a la Necrópolis de las Llaves espada. El viaje fue más rápido de lo que el ahora Jake esperaba, la Gema, colgando de su cuello pero invisible gracias al hechizo le daba un poder increíble, a lo lejos, muy cerca del Mundo al que llegaba, una enorme nave rodeada de Sincorazón y de otras naves más pequeñas se batían en duelo unos a otros como si aquello fuera el final de los tiempos.

-Los SeeD... Kuroi me habló de ellos en esta batalla. Ellos les ayudaron contra las defensas del Mundo, debo darme prisa, siento como el ritual de Jormurgand está casi terminando.

Abraham entonces decidió viajar hacia la Necrópolis a toda velocidad, deshaciéndose de los Sincorazón que encontró en el camino hasta que tocó tierra y le tocó seguir el combate mano a mano.

-Así no llegaré nunca... son demasiados...

Pero entonces todos los Sincorazón de la zona dejaron de atacarle y se dirigieron a un lugar diferente.

-¿...? ¿Qué...? ¿Cómo...? Ahora o nunca...

Jake aprovechó aquella situación para salir corriendo al interior de las ruinas del antiguo palacio de Garland, corrió por sus pasillos y pasó sus galerías, bajó sus escaleras y finalmente llegó a la sala del trono, donde pudo ver una enorme serpiente hecha jirones a punto de desatar su poder sobre todos los que había allí.

-¡No!

Jake se abalanzó sobre el objetivo interponiéndose en medio y usando el poder de la gema creó un escudo mágico lo suficiente grande para proteger a todos los que había allí.

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-¿...? ... ¿...?
-Abraham...
-¿...?
Abraham, despierta.
-...

El joven elegido de la Llave espada abrió los ojos en la alcoba de invitados del palacio de Eclissis, aquélla que le habia despertado, no era otra que Claudia.

-Hola.
-...hola...

Abraham se incorporó para poder ver mejor a la que debió haber sido su tía y sin explicación ninguna y sin entenderlo varias lágrimas empezaron a salir de sus ojos, aunque no sentía tristeza ninguna.

-¿Qué...? ¿Por qué lloras...?
-¿Mmm...? No... no sé...

Abraham intentó limpiarse las lágrimas pero otras salían después de aquellas.

-N-no puedo parar...
-E-Eleone me ha dicho quién eres... A lo mejor...
-¡...! ¿Te lo ha... dicho?
-Bueno, nos lo dijo a todos... A lo mejor... ¿me echabas de menos o algo así?
-No... yo... o sea quiero decir. No es eso. N-no lo entiendo.

Esta vez fue Claudia la que le ayudó a limpiarse las lágrimas que terminaron de surgir.

-Ya está.

Dijo la joven reina sonriendo.

-Gracias...
-Así que eres mi sobrino. Sin embargo... debes tener mi edad.
-Sí, creo que sí.
-Vaya... el viaje en el tiempo. ¿Fue Kuroi?
-¿Quién si no...? Oye, no es que no quiera hablar contigo... pero... cuánto menos sepáis mejor.
-Oh, perdón... lo siento. No diré nada más.
-... ¿Querías algo?
-Oh, bueno, no. Sólo... no sé, conocerte. Quiero decir, sabiendo quién eras ahora.
-Ya...
-Eleone está reuniendo a la gente en la sala del trono, Vali ha conseguido averiguar dónde está Caos y vamos a lanzar el último ataque.
-Genial.
-Ejem... Sé que no quieres hablar, pero... Quizás deberías decirnos todo lo que sepas de Caos y eso... durante la reunión.
-Sí, puede que sea lo más sabio. ¿Por qué no vamos yendo?
-Claro, te acompaño. Bueno, o me acompañas. O... ¿sabes llegar? Supongo que vivirás aquí en el futuro.
-No exactamente.
-Ah...
-Así que te sigo.
-Vale.

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En la lejanía, dos miradas observaban otro Mundo caído, oscuro como él solo, destrúido, arruinado, pero con algunas construcciones repartidas por su superficie. En una de esas construcciones Keiro había conseguido encontrar a Caos, ya no le hacía falta unir fuerzas con Eleone y compañía para acabar con él, todo acabaría ese día.

-Parece que ya estamos aquí. ¿Estás seguro de poder con él, Keiro?
-Sí, soy mucho más poderoso que él.
-Pero Valigarmanda y Átomo...
-Lo sé, están un poco más debilitados que Ánima y Jormurgand, pero yo tengo algo que Caos no tiene.
-¿El qué?
-A ti.
-Je, je. Tonto.
-No, es verdad, tú marcarás la diferencia. Pero quiero que luches desde la seguridad, utiliza a Átomo y Valigarmanda como escudo y ayúdales a conseguir la ventaja frente a los otros dos. Caos no tiene nada que hacer contra mí.
-Vale.

Caminaron un rato hasta que alcanzaron el templo en el que se escondía el Señor de la Oscuridad y antiguo Elegido de la Llave espada, le encontraron el la sala central, parecía meditar mientras un Oscuro y perverso Corazón orbitaba a su alrededor, entonces cayó en la cuenta de que no estaba solo.

-Keiro... Nunca pensé que me encontrarías antes que ella.

Caos se levantó y encaró a los muchachos sin saber los ases que se guardaban bajo la manga.

-¿Vienes a enfrentarte a mí tú solo? No me gustó nada tu traición, ni tampoco me gusta la idea de tener que enfrentarte, hubieras sido un gran aliado, pero si es lo que quieres...
-Veo que se te olvidó decorar tu nuevo... cuartel.
-Sí, ¿verdad? Parece un poco más demacrado que de costumbre. Me apostaría a decir que no tienes ni idea de qué es este lugar.
-¿Por qué no nos ilustras con tus grandes conocimientos?
-Jee... siempre tan hiriente. Pero supongo que tenemos tiempo para charlar un rato. Este lugar es... mi antiguo hogar. Donde nací antes de que Garland me encontrara y me hiciera su aprendiz.
-Pensaba que eras su sirviente.
-Ja, ja. Sí, bueno, puede que para el viejo Garland no hubiera diferencias entre las dos. Aprendiz, sirviente. Supongo que él y Yensid tenían más cosas en común de lo que creen, el hechicero siempre trató a ese ratoncito de una manera similar.
-Pero tú parece que te rebelaste.
-No, claro que no. Nunca hice tal cosa, bueno, al menos no hasta que Garland trajo la destrucción y la muerte a su propia hogar.
-Fue cosa de todos, no le eches la culpa a él.
-Ya... los demás sólo nos dejamos engatusar. Pero no te equivoques, no me arrepiento. Alejandro se volvería loco, pero me mostró algo que me preparó para los acontecimientos venideros, de no ser por aquello, quién sabe lo poco preparados que estaríamos para cuando ellos vengan.
-A ti nunca te interesó enfrentarles, sólo querías a los Dioses oscuros para salvar tu propio culo.
-Puede... pero a la corta o a la larga no me hubiera quedado más remedio que hacer algo, los Avatares de la Oscuridad nunca fueron fans de los Dioses Oscuros.
-Porque destruyeron nuestro Mundo.
-Oh, cierto. A veces se me olvida que el destino es muy gracioso y que tú formas parte de sus orígenes.
-Yo me salvé gracias a mis padres, no soy como ellos.
-Oh, no, ¡claro que no! Qué disparate. Tú eres mucho mejor, a tu manera. A ti el Reino de la Luz aprendió a aceptarte, eres mucho más de lo que ellos nunca soñarán ser.
-Sabes que eso no es ningún milagro, es todo gracias a Bastet.
-Oh, claro, ella. La iluminada y la maldita, la que sacrificó todo su ser, su Cuerpo, su Alma y su Corazón para poder estar con el amigo de su infancia.
-Dejaste que los tuyos nos vencieran, pero nunca apartaste tus ojos de nosotros, ¿eh?
-Claro que no. ¿Qué clase de idiota piensas que sería si dejase todo en manos del azar? Pero ni aún así me salieron las cosas bien. Tú, por ejemplo, fuiste uno de mis peores errores, dejar con vida a un niño inocente... Debí haberme arrancado el Corazón mucho antes de aquello.
-Ahora parece que te orbita muy bien. ¿Cómo le has enseñado, también te da la patita?
-Ja, ja, ja, ja. Qué bromista, supongo que eso lo heredarías de tus padres adoptivos, ni Alma ni Karo eran así.
-¿Alma y Karo? ¿Son mis padres?
-¿Shirei no te habló de ellos? Parece que tu hermano es más reservado de lo que pensaba.
-No les tengo ningún cariño, nunca les conocí, pero les mataste sin piedad, sólo vinieron aquí a vivir en paz y té les quitaste eso.
-Supongo que fue una idiotez pensar que podríamos ser aliados después de lo que hice. No tener Corazón te hace perder algunas cosas, pero no la perspectiva.
-Aún no has respondido a mi pregunta.
-¿Esto? Bueno, es algo que aprendí con los años. Sabes cuál fue la razón de que me lo arrancara, ¿no?
-La madre de Eleone...
-Sí, ella... No había ser vivo al que ella conociera que no acabase teniendo un profundo afecto hacia aquella mujer.
-Y aún así fuiste tú quien la mató.
-¡Yo no la maté! Cuida tus palabras, muchacho. Ella fue lo único que aprecíe en mi vida, no tienes ni idea...
-Pero murió por tu culpa.
-¡Ella se suicidó! Se... se deshizo de sus poderes, se los dio a esas... pequeñas heroínas que intentan parecerse a ella. Pero nunca lo conseguirán. Nunca serán como ella. Nunca...
-Le ibas a quitar la llave, sabías que de eso no se salvaría.
-Jamás tuve esperanzas en poder superarla. Le ataqué y... gané, cuando lo hice me sorprendí, pensaba que ella me mataría, sólo ella tenía el derecho de hacerlo, de acabar con mi existencia, pero en vez de eso... me obligó a que fuera al revés. A veces pienso... que ella seguía teniendo esperanzas en mí.
-¿Y le harás creer que se equivocaba?
-¡Se equivocaba! Se... equivocaba, pero... a la vez no... Yo he sido el único, mientras todos eraís niños, que hacía algo por enfrentarse a la amenaza de los Avatares.
-Supongo que es lo que te dices a ti mismo para poder dormir cada noche.
-Ja... Puede... Pero ya da igual, no puedo traerla de vuelta, tuve que seguir adelante con mi plan a su manera.
-Y llevarte a todo el que fuera necesario por delante.
-¿Acaso tú no has hecho lo mismo?
-Yo no he matado a nadie.
-¿Matar? ¿Herir? Qué más da, no dudaste en quitarte de en medio a Eleone cuando te molestó. Y creo que hiciste lo mismo con el muchacho que no tenía Corazón.
-...no tengo que darte explicaciones de mis actos.
-Ajajajaja. No, claro que no. Sólo quería que te dieras cuenta de que no somos muy diferentes. Ambos luchamos por lo mismo y de la misma forma, sin importarnos las consecuencias siempre y cuando salvemos el Reino de la Luz.
-Sólo que tú cruzaste una línea que yo nunca cruzaré. Y debes ser castigado por ello, no importa el poder que tengas, ni las posibilidades que tuviéramos de tener éxito con tu ayuda. Debes ser detenido, hay que pararte. Mereces ser castigado.
-¿Y a eso vienes? ¿A hacer de juez y verdugo? Ja... Está bien, sigamos tu juego. Ya me has juzgado, soy culpable, debo morir, pero... ¿cómo vas a hacer eso?

En ese momento Caos chascó los dedos de ambas manos y tanto Ánima como Jormurgand aparecieron a sendos lados del Señor de la Oscuridad.

-¿No te has preguntado que he estado haciendo este tiempo antes de buscarte?
-¿...?
-No eres el único que sabe esos truquitos, Caos. ¿Ahora ya sabes por qué fingí querer ser tu aliado?
-¿Qué quieres decir?
-Sólo necesitaba una cosa de ti.

Keiro sonrió e imitando los gestos de Caos chasqueó sus dedos y a ambos lados del chico surgieron Valigarmanda y Átomo.

-¡...!
-Sólo quería saber cómo lo hacías para poder hacerlo por mí mismo.
-¿Cómo has...?
-¡Aquí está tu verdugo, Caos!

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