Recomiendo escuchar
esta canción mientras lees:
http://www.youtube.com/watch?v=nkuD_5Pfs_o
______________________________________________________________________
-¿Crees que deberíamos llamar a la puerta?
______________________________________________________________________
-¿Crees que deberíamos llamar a la puerta?
-No es como si
hubiera una, Sina. Aunque no podemos esperar mezclarnos entre ellos y pasar
desapercibidos.
-Ya… ¿y no sientes
con más precisión dónde está tu madre?
-Pues… no… Pero si es
una extranjero sabrán quién es en seguida.
-Ahora sólo nos queda
rezar porque nos acojan con los brazos abiertos.
Sina y As se
acercaron en Llave deslizador hasta la ciudad que reposaba en un islote por el
que caía agua hacia todos lados. Sin duda su visión era impresionante. Había un
montón de ruinas e incluso algunas nubes en el cielo incluso aunque estuviesen
bajo el agua.
Finalmente llegaron a
la ciudad que se ubicaba en el centro del islote y varios hombres de pelo
blanco y piel oscura se acercaron a los recién llegados. De entre las figuras
destacó una de una mujer vestida un poco más lujosa que los demás. Todos
llevaban un extraño amuleto luminiscente colgando de un collar.
-¿Habitantes del
exterior?
-Algo así. Me llamo
As y ella es mi prima Sina. Venimos en busca de mi… madre.
-¿Zelda es tu madre?
-¡¿La conoces?!
-Por supuesto, ella
llegó no hace mucho y salvó mi vida. Le debo mucho. ¿Dices que eres su hijo?
-Sí.
-Se alegrará mucho de
verte. Seguidme.
Los dos primos
siguieron a aquella mujer muy a dentro de la urbe hasta lo que parecía un
templo que coronaba la ciudad. Allí en medio de la sala había un altar con una
cama dónde yacía Zelda como si fuera una diosa.
-¡Madre!
-¡As! ¿Cómo me has
encontrado? Sina…
-Hola tía.
-¿Qué importa como te
haya encontrado? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no volviste a Gemelus?
-Bueno, eso es porque…
-¿Ya empezáis con los
enigmas? Por eso os estábamos buscando a ti y a Hilda. Tienes que venir con
nosotros.
-No puedo…
-¿Cómo que no puedes?
-Tengo que quedarme
aquí, Kida me necesita.
-¿Kida?
La mujer que les había
llevado se acercó a modo de presentación arreglándose el pelo.
-Madre, no entiendo
nada.
-Es difícil de
explicar.
-Bueno, pues no
tenemos todo el tiempo del Mundo, así que desembucha.
-Aisss… ¿Te acuerdas
del cuento que te contaba de pequeño, As?
-¿El de los niños que
salvaron el Reino de la Luz?
-Sí, hijo. ¿Recuerdas
los Corazones puros?
-Sí. Los Siete
Corazones puros que protegían el Reino de los Corazones. Las Princesas del Corazón.
-Kida es una de
ellas.
-¡¿En serio existen?!
Pensé que era sólo un cuento…
-Yo lo usaba a modo
de cuento, pero es tan real como tú o como yo.
-Mi madre también me
lo contaba, tía. ¿De verdad existen las siete Princesas?
-Sí. Y justo cuando
llegué tuvo que protegerla de… algo…
-¿De algo?
-Un espectro. La “Luz”
no puede protegerme de él.
-¿Un espectro madre?
-No sé muy bien lo
que son. Pero parece que no tienen nada que ver con Caos, fue uno de sus
esbirros el que me trajo aquí mediante un Portal.
-Madre. Me dijiste
que si alguien reúne el poder de las Princesas del Corazón…
-…abrirá la puerta al
Reino de los Corazones. Y obtentrá todo su poder.
-Si Caos no está detrás
de esto… ¿quién…?
-No lo sé. Pero ahora
entendéis porqué debo quedarme aquí. Tengo que mantener a Kida a salvo.
-Pero… debéis
contarnos todo lo sucedido para que podamos entenderlo todo y seguir adelante.
-¿Eso os lo ha pedido
la hija mayor de Arturia?
-Sí, madre.
-Ya…
-Zelda, no tienes
porqué quedarte por mi culpa. Si ellos te necesitan.
-No, Kida. No me
separaré de ti.
-Bueno, entonces… No
tienes porque separarte de mí. Llévame contigo. Siempre quise conocer otros
Mundos.
-Kida…
-Esa es una buena
idea, madre. Con tus poderes no te costará llevarla a través del Espacio
Intermedio sin problemas.
-No, supongo que no.
-Pero todavía no hay
prisa. Aún tenemos que encontrar a mi madre.
-¿No sabéis nada de
Hilda?
-No, madre. Salimos a
buscaros a las dos pero te encontramos a ti primero.
-Entiendo.
-Tenemos que marchar
en busca de mi madre, pero cuando la encontremos volveremos a por ti y
marcharemos todos juntos a Eclissis.
-Os estaré esperando.
Kida y Zelda se
despidieron de As y Sina que volvieron a salir al Espacio entre los Mundos
intentando sentir el Corazón de Hilda.
-Debes concentrarte,
Sina.
-Lo intentaré.
______________________________________________________________________
Cyan volvió a bajar las escaleras para reencontrarse con sus dos aprendices que parecían haber recuperado ambos la sonrisa, lo que hizo que el viejo Maestro se alegrase.
Cyan volvió a bajar las escaleras para reencontrarse con sus dos aprendices que parecían haber recuperado ambos la sonrisa, lo que hizo que el viejo Maestro se alegrase.
-¿Ya estáis
preparados, hijos míos?
-Sí, Maestro. Keiro
está preparado.
-Bien. Marchemos a
Eclissis.
-No tan rápido.
De un Portal de
Oscuridad apareció el incorpóreo de Keiro sorprendiendo a todos bastante.
-¡Tú!
-Querrás decir yo.
-¿Cómo es posible?
Salvé a Keiro.
-Ya… Eso vengo a
deciros. Hay alguien más que está jugando con el tiempo y ha creado dos líneas
temporales paralelas. Así que sigo existiendo.
-No entiendo nada.
-Explícaselo tú,
Maestro.
-¿Es cierto, Keiro?
-Sí. Así que explícaselo.
-¿Maestro?
-Pensad en el tiempo
como una línea recta sin principio ni final. Cuando alguien viaja al pasado está
retrocediendo en esa línea, ¿bien?
Bastet y Keiro asintieron.
Bastet y Keiro asintieron.
-Cuando alguien
retrocede en el tiempo, la línea temporal lo asimila para que no haya un caos y
acepta las acciones que realiza y las implementa, lo que esa persona hace en el
pasado afecta a los recuerdos de las personas en el presente como si hubieran
ocurrido desde el principio. Así sólo queda una única línea temporal.
-Pero no sólo yo
retrocedí en el tiempo, también lo hizo Bastet y estoy seguro de que alguien más
anda por ahí.
-¿Y eso qué
significa, Maestro?
-Que la línea
temporal tuvo que hacer demasiadas asimilaciones a la vez.
-Pero no las hizo. En
vez de eso creo una línea temporal paralela en la que yo sigo existiendo y… no
he arreglado nada.
-¿Por qué querías
cambiar el pasado, Keiro? A parte de para volver a estar completo.
-¿Qué importa? Esto
es un caos, si las líneas deciden volver a unirse…
-¿Qué? ¿Puede pasar
eso?
-El tiempo es
impredecible. Sólo el guardián del tiempo tiene el poder de decidir eso, y si
ha creado dos líneas temporales era precisamente para evitar ese caos.
-¿El guardián del
tiempo?
-El Dahaka.
-Pero el Dahaka ya no
existe.
-¿Cómo dices, Keiro?
-Eryn y Kuroi
atraparon al Dahaka en vuestra época, el guardián del tiempo está encerrado y
no está realizando su trabajo.
-Entonces ése es el
problema.
-Pero no podemos
liberarlo.
-¿Por qué, Keiro?
-Porque si lo hace te
matará, Bastet y a mí también.
-¿Por qué, Maestro?
-El trabajo del
guardián del tiempo es evitar que la línea temporal sea afectada. Que no
existan las asimilaciones de las que os he hablado. Y para que eso se evite
tiene que destruir a la persona en cuestión, destruyendo todo lo que hizo.
-Pero también lo que
está por hacer… Y Bastet tiene mucho que hacer en el futuro.
-¿Tengo mucho que
hacer en el futuro? Pero pensé…
-Yo vengo de una
línea temporal diferente, en la vuestra aún hay esperanza. El peligro de que
existan dos líneas diferentes, ya os lo he dicho…
-Parece que la única
manera de evitarlo es liberando al Dahaka, pero quizás… podríamos llegar a una
especie de acuerdo con él.
-No hay acuerdos que
valgan con ese tío, melón. Lo único que le importa es la salvaguarda del
tiempo, la batalla entre Luz y Oscuridad le importa dos pepinos.
-¿Y qué hacemos?
-Tenemos que
encontrar al otro viajero del tiempo y detenerle.
-¿Tenemos?
-Para eso he venido,
para pediros ayuda. Yo os salvé una vez, me debéis una.
-¿Maestro?
-Supongo que tiene
razón. Id con él, yo me sé bien el camino a Eclissis.
-Vale, Maestro.
Keiro y Bastet se
acercaron al Incorpóreo de Keiro y se los tragó por un portal atemporal
apareciendo en Eclissis.
-¿Qué hacemos aquí?
-No lo sé. Sólo he
seguido las líneas temporales que está usando el otro sujeto.
-¿Y no podías hacer
eso solo?
-No. Necesitaba
vuestro poder. Sobre todo el tuyo, Keiro. Ya que tú tienes Corazón y yo no, y
de cierta manera ella es la que mantiene tu Corazón vivo, así que tenéis que
estar en la misma época temporal para que no se rompa esa conexión.
-Vaya lío…
-Pues no preguntéis.
-¿Y a quien buscamos?
-Pues podría ser cualquiera.
-Pues podría ser cualquiera.
-Mi-mirad…
Bastet les señaló en
la calle contigua donde vieron a Zero enfrentarse a uno de los Señores de la
Oscuridad, uno al que aún no habían conocido. Vestía sólo un faldón y una capa,
tenía la piel extremadamente oscura, el pelo blanco y los ojos dorados como
Keiro.
-Estamos en aquella
noche…
-¿Aquella noche?
-No deberíamos estar
aquí…
-¡Espera, mirad!
Bastet volvió a
visualizar algo y vieron como un hombre con una capa y una capucha invocaba
algo cerca de Zero.
-¿Qué está haciendo?
-No puede ser…
-¿Qué pasa, otro yo?
-Es él…
La invocación tomó
forma encima de Zero protegíendole de uno de los ataques del Señor de la
Oscuridad, era Bahamut, rey de los dragones.
-¿Él? ¿Quién?
-Él fue quien nos dio
las invocaciones.
-¿Nos la dio? ¿No nos
las ganamos por nuestros méritos?
El Incorpóreo de
Keiro volvió a succionar a Bastet y a Keiro de nuevo a través del portal
atemporal y aparecieron en medio de la nada, sólo había Luz por todas partes.
-¿Qué? ¿Dónde nos has
llevado, Keiro?
-A ningún tiempo en
concreto. No… no voy a poder enmendar mi futuro.
-¿Por qué?
-No podemos
deshacernos de él.
-¿Quién es él?
-Es yo…
-¿Tú?
-Bueno, no… yo… hice
algo en mi línea temporal de lo que no me siento orgulloso. En realidad he
hecho muchas cosas así.
-¿Ahora sí nos lo vas
a explicar?
-Yo perdí a todos en
aquella batalla. Eleone… también cayó Alexander… Vali… Blanck… Jaleel… su
hermano… los primos… Bastet…
-…
-Sólo sobrevivieron
Claudia, Zero, Kuroi, Eryn y servidor… Luego yo acabé con Kuroi y Eryn.
-¡¿Que hiciste qué?!
-Necesitaba absorber sus poderes. Espacio y Tiempo.
-Necesitaba absorber sus poderes. Espacio y Tiempo.
-Para poder viajar al
pasado.
-Sí. Justo retrocedí
antes de que Claudia y Zero acabaran conmigo, por eso no pude controlar bien
donde acabé. Se supone que con la creación de la nueva línea temporal no
importaba que murieran. Les salvaría a todos.
-¿Y entonces…?
-Cuando cambié la línea temporal, él sobrevivió… y empezó a viajar en el tiempo como yo para darnos las Invocaciones. Ellas supusieron una diferencia entre la vida y la muerte. Pero debido a que yo cambié toda una línea temporal, el tiempo no pudo reescribirse tan rápido y él separó las dos líneas temporales.
-Cuando cambié la línea temporal, él sobrevivió… y empezó a viajar en el tiempo como yo para darnos las Invocaciones. Ellas supusieron una diferencia entre la vida y la muerte. Pero debido a que yo cambié toda una línea temporal, el tiempo no pudo reescribirse tan rápido y él separó las dos líneas temporales.
-¿Él? Quieres decir… El guardián del tiempo...
Antes de que Keiro original pudiera acabar su frase una cuarta figura apareció en la nada, era alta y voluminosa, pero llevaba muchos ropajes y una capucha y no se podía ver quien era, su voz estaba distorsionada.
-Se acabó la reunión.
De un rápido
movimiento con las manos, Bastet y Keiro quedaron parados en el tiempo dejando
a solas al misterioso hombre y al Incorpóreo de Keiro.
-Debí haberlo
suponido antes. Tienes mis poderes y por eso no puede pararte a ti también.
-¿Y ahora qué vas a
hacer? ¿Eliminarme?
-Si no lo hago
corremos el riesgo de que las dos líneas temporales se unan. Y yo no quiero ver
a los Dioses oscuros libres por el Reino de la Luz. ¿Y tú, Keiro?
-Empecé este viaje
con la intención de eliminarte a ti, pero soy yo el que sobro, ¿verdad?
-Eres lo único que
queda de esa línea temporal y ni siquiera deberías existir. Eres tú el fallo,
no yo. Soy el guardián del tiempo.
-Así que tomaste sus
poderes… Por eso existen las dos líneas temporales, el Dahaka nunca habría hecho algo tan bueno... Está bien. Lo haremos a tu manera… Tienes razón, no debería existir.
Cuando Bastet y Keiro
volvieron en sí estaban delante de Cyan de nuevo.
-¿Ya estáis
preparados, hijos míos?
-¿…qué?
-No…
-¿Ocurre algo?
-Bastet, ¿qué ha
pasado? No…
-Deberías aparecer
ahora por ahí…
Bastet entendió sin
problemas que habían retrocedido en el tiempo y que el Incorpóreo de Keiro
debería aparecer en esos momentos por un Portal de Oscuridad pero no ocurrió.
Cyan estaba totalmente confuso sin entender nada.
-Se ha reescrito…
-¿Y mi yo futuro?
-No lo sé. Recuerdo
estar en esa sala blanca y apareció alguien y…
-¿Crees que ese
alguien… hizo esto?
-Seguramente.
-¿Estáis bien Keiro y
Bastet?
-Sí, Maestro. No es
nada. No deberíamos darle más vueltas, Keiro.
-Sí…
Y finalmente los tres
decidieron volver a Eclissis con ese extraño sentimiento en el Corazón. ¿Qué había
pasado con el Keiro del futuro? Keiro sentía algo diferente dentro de él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario