domingo, 30 de septiembre de 2012

Capítulo 16: La Llave



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=Mjpc3A4a0yc

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Jaleel no tardó mucho más en llegar a Pandemónium donde fue dejado entrar sin problema alguna junto a Mavras. Al llegar al hall lo primero que vieron fue a Blanck sentado en el suelo de rodillas mirando hacia el techo, no era una posición muy cómoda y Jaleel nunca se imaginaría a Blanck así.

-¿Le conoces?
-Sí. Blanck, ¿te encuentras bien?

Blanck giró la cabeza para mirar a Jaleel ya sin ninguna lágrimas en sus ojos y aquello pareció sacarle de su ensoñación, no se retuvo más en levantarse y sin mediar una sola palabra se apartó a un lado. Ya oía llegar a Garland y Eleone.

-¡Majestad!
-¡Jaleel, estás bien! Ya has llegado.
-Sí. Escuché el mensaje que me envió Garland. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué me habéis hecho venir aquí?
-¿Quién es ése?
-¿Él? Es… una larga historia… Seguro que lo vuestro corre más prisa, majestad.
-En realidad no tengo nada que decirte, Jaleel. Sólo quería tenerte aquí conmigo.
-¿Aquí contigo?
-Voy a quedarme una temporada en Pandemónium y…

Eleone se dio cuenta de que ahí faltaba alguien, la emoción de ver a Jaleel le hizo olvidarse de Danna.

-Blanck, ¿y Danna?

Blanck tardó unos segundos en contestar, posiblemente porque aún no había aceptado lo que había pasado.

-Se ha ido.
-¿Cómo que se ha ido?
-Ha vuelto al Reino de los Corazones.
-¡Pero…! Garland…
-¿Por qué ha hecho eso, Blanck?
-Dijo que era un estorbo para mí… No sé ni porqué os estoy explicando esto.

Blanck empezó a caminar hacia el interior de Pandemónium, no tenía a ningún sitio más al que ir y no quería hablar con nadie.

-¿Alguien me explica qué ha pasado?
-Es… muy largo, Jaleel. Garland, ¿y qué hacemos ahora?
-Esto es sin duda, un problema. Tus poderes de avatar deberán esperar.
-¿Esperar por qué?
-Mientras dejábamos a los tortolitos a solas he recibido una interferencia de Eclissis.
-¿Una interferencia?
-Una muy grande. Hacía muchos años que no recibía una igual.
-¿Y eso qué significa, Garland?
-Que es posible que esté bajo un ataque.
-¡¿Bajo un ataque?! ¡Es lo que vi, cuando mataban a… y me…!

Eleone pareció dejar la frase a medias, no quería que Jaleel se enterara de que le mataban y a ella la capturaban.

-¡¿Qué hacemos majestad?!
-Nada…
-¡¿Nada?!
-Debemos permanecer aquí.
-Incluso yo estoy en contra de esa idea, Eleone.
-¡Tú no decides nada, Garland! Teníamos un trato…
-Lo sé. Pero… Si quién está atacando Eclissis es Caos…
-Él es quien estaba en las visiones. Es por eso que quiero…
-¿Evitarle?
-Aquí me protegerás.
-¡Majestad, ¿desde cuándo os habéis vuelto tan cobarde?!
-No es…
-¡Puede estar muriendo gente, deberíamos estar ayudando!

Eleone no podía responder a esas acusaciones, ella lo sabía mejor que él, pero si volvían, él moriría y ella… no quería descubrir que harían con ella.

-Las visiones no siempre se hacen realidad, Eleone. Es un poder muy grande que te puede permitir cambiar el futuro.
-¡¿Intentas hacer de abuelo bueno?!
-¡…!
-No. Ya sabes lo que opino de eso. Sólo intentaba aconsejarte como…
-¡¿Como hubieras hecho con mi madre?!
-¿La reina Arturia? ¿Qué tiene que ver en esto?
-¿No te lo ha contado Ansem?
-¿El qué?
-Porqué la reina Arturia te adoptó.
-¡¿Mi madre le adoptó?!
-No… Yo no lo recuerdo y él… dice que no le dijo el porqué… Espera, ¿tú sí lo sabes?
-Vaya, vaya… parece que Arturia se llevó demasiadas cosas a la tumba.
-¡Habla ya, Garland!
-Me temo que no hay tiempo. Puede que no fuera un buen padre, Eleone. Pero no voy a permitir que por lo que luchó tu madre sea pisoteado por Caos.
-La ciudad se puede reconstruir…
-¡No es la ciudad lo que peligra, insensata!
-¡…!
-¡Habla, Garland!

Jaleel invocó su Llave espada apuntándole y en las manos de Mavras apareció la suya, sorprendiendo a unos más que a otros.

-¿Otro Elegido?
-Oh, veo que has encontrado a tu hermano…
-¿Hermano?
-Baja ese arma, Jaleel, no tienes nada que hacer contra mí.
-He mejorado mucho, viejo.
-Lo sé. Pero mi Llave espada no va a atacar a su dueño.
-¡¿Cómo?! Entonces lo que dijo Ansem…
-¿De verdad se creía que no me daría cuenta de para qué quería mi casco?
-Entonces soy…
-No te equivoques, joven. Eres un Elegido, y no porque mi armadura repose en ti, pero mientras esté en ti, no podrás hacerme daño. Así que baja el arma. En cuanto a ti, Eleone, si quieres quedarte aquí, eres libre. Estarás protegida. Pero yo me voy a proteger lo que deberías estar protegiendo tú.
-¡¿Y qué quieres que haga?! ¡¿Que vaya me cojan y maten a…?!
-¿…?
-Yo te protegeré, a ti y al joven Jaleel. Caos es poderoso, pero yo seré un duro rival. Tenemos que echarle de Eclissis antes de que sea demasiado tarde. Si lo conseguimos o si consigue él lo que quiere y seguimos vivos. Os contaré todo lo que sé.

Esas últimas palabras terminaron de convencer a Jaleel y Eleone, Mavras iría a donde su hermano fuese. Aún así le apartó un momento para hablar con él.

-¿Vamos a una guerra, Jal?
-¿Jal? Bueno da igual. La Llave espada permanecerá en tu mano mientras yo tenga la mía, así que podrás defenderte, pero nada de hacerte el héroe.
-Cuenta conmigo.
-¿Y cómo vamos a llegar a tiempo…?

Eleone parecía defraudada, no podía creerse que hubiera interpuesto su seguridad y la de Jaleel ante toda la de su pueblo y que encima otros hubieran tenido que hacerle abrir los ojos, y que uno de esos otros fuera su abuelo el que había dejado tirada a su familia hacía años.

-Abriré un portal de Oscuridad.
-¿Puedes hacer eso?
-Eso y muchas otras cosas. No hay tiempo para juzgar Luz y Oscuridad, lo que Caos planea hacer va por encima de esas nimiedades.
-¡Pues vamos!

Jaleel y Mavras se acercaron hasta Eleone y Garland y el último invocó un Portal de Oscuridad el cual atravesaron todos aunque aparecieron en las afueras de Eclissis.

-¿Mmm? ¿Habéis montado una barrera mágica?
-¡No hay tiempo para eso, hay una puerta muy cerca!

Eleone salió corriendo y los otros tres la siguieron.

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Mientras, en el castillo de Eclissis, Caos derribaba a los últimos soldados que se interponían entre él y su meta. No tardó en llegar a las escaleras que iban al sótano y empezó a bajar escaleras a gran velocidad, allí abajo encontró un portón cerrado y blindado al que nadie había accedido en diez años.

-Aquí encontraré una pista del paradero de la Llave.

Caos derribó la puerta sin pestañear y se adentró a lo que parecía un santuario, había cuatro columnas con diferentes símbolos y varias cadenas se entrelazaban entre las columnas y el centro de la sala dónde descansaba un poderoso sello mágico hacia un poco más abajo.

-Al fin te he encontrado… Ánima…

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En el otro lado del Reino de la Luz, muy cerca del Reino Intermedio, Claudia y su guardián Zero descansaban en los sillones de la sala del trono cuando a la princesa empezó a brillarle el pecho, aunque el color no era el normal, ella brillaba en azul.

-Ah… Aggg…
-¿Princesa, qué os ocurre?
-N-no… no lo sé… El pecho, me arde…

Claudia entonces bajó la mirada y vio aquel pulso azul emanar de su pecho.

-Es el aura… No puedo contenerla… Se está haciendo más fuerte.
-¿El aura?
-Es el poder que mi madre me dejó… Siempre me ha acompañado azul… Me dijo que era muy poderoso e importante… es lo que uso cuando… ¡Ahhhhh!
-¡Claudia!

Zero se lanzó de un sillón al otro de un impulso y sujetó a la princesa con suavidad pero con firmeza.

-¿Estás bien?
-Me… Me has llamado Claudia… También me lo llamaste cuando caí en tus brazos…
-Es que… me he puesto nervioso. ¿Estáis bien, princesa?
-Estoy empezando a preferir que me llames por el nombre. Lo haces con más… Aggg…
-Princesa, resistid.
-N-no… no sé qué me pasa… Me… Me arde… ¡Ahhhhh!

Una explosión de un brillo azul rodeó a ambos.

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No tardaron Eleone y compañía en convencer a un soldado para que les dejara entrar en la ciudad y ver con sus propios ojos el destrozo que había causado Caos. La reina casi se pone a llorar al verlo pero fue contenida por sus ganas de venganza.

-¿A dónde, Garland?
-Habrá ido al castillo, allí es dónde está lo que quiere. No hay tiempo, invocad las Llaves deslizador.

Eleone y Jaleel le hicieron caso, y éste último cogió a su hermano, luego Garland desveló su Llave deslizador, que era la misma de Jaleel, algo que sorprendió a todos los presentes, pero su tarea era lo principal y salieron volando hacia el castillo.

Por el camino divisaron a Alexander y a Eryn heridos y Eleone se separó del grupo.

-¡Alex! ¡Eryn!
-¡Eleone ahora no!
-¡Seguid vosotros, no puedo dejarles morir!
-¡Pero…!
-Garland, hazle caso. Sigue adelante.

La reina terminó de bajar al suelo y el resto del equipo siguió hacia delante, en cuanto llegó al lado de sus amigos les curó con todo su poder. No fue un milagro pero al menos paró las hemorragias y les devolvió la consciencia.

-Eleone…
-Majestad…
-Estáis bien. Pensé que estábais muertos.
-Somos duros de roer, ¿eh, Alexander?
-Sí… Me alegro de veros, alteza.
-Y yo a vosotros. ¿Caos os hizo esto?
-Sí, majestad. Es muy poderoso, no os acerquéis a él, os está buscando.
-Lo sé, por eso no quería volver. Tenía miedo. Pero ya no lo tengo.

Eleone les dejó reponerse y empezó a caminar hacia el castillo.

-¿Vas a ir?
-Tengo que hacerlo. Tengo que defender mi reino.
-No, no vayas… por favor…
-Alexander, si una reina no protege su reino, ¿entonces de qué sirve?

Alexander se calló y Eryn pareció sonreír hacia su interior mientras ambos, intentando recuperarse, veían como Eleone se alejaba cada vez más.

-Confía en ella, Alexander.

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Cuando Claudia y Zero volvieron a abrir los ojos ya no se encontraban en aquella sala del trono, se encontraban en aquella extraña sala que había descubierto Caos y él estaba delante de ellos. A Claudia ya no parecía dolerle nada, Zero se levantó invocando sus Llaves espada nada más ver a Caos en aquella forma, incluso tan desfigurado sentía su presencia, él se limitó a sonreír y a decir cosas por lo bajo.

-Je, je, je… Parece que Arturia quiso desviar la atención a posta.
-¡¿Cómo… demonios…?!
-Y pensar que la tuve delante de mis narices… Pero mejor así, el plan ha salido perfecto. Desde aquí pude invocar el poder de Ánima y llamarte. Ya te he encontrado, Llave…

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