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http://www.youtube.com/watch?v=Mjpc3A4a0yc
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Jaleel no tardó mucho más en llegar a Pandemónium donde fue dejado entrar sin problema alguna junto a Mavras. Al llegar al hall lo primero que vieron fue a Blanck sentado en el suelo de rodillas mirando hacia el techo, no era una posición muy cómoda y Jaleel nunca se imaginaría a Blanck así.
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Jaleel no tardó mucho más en llegar a Pandemónium donde fue dejado entrar sin problema alguna junto a Mavras. Al llegar al hall lo primero que vieron fue a Blanck sentado en el suelo de rodillas mirando hacia el techo, no era una posición muy cómoda y Jaleel nunca se imaginaría a Blanck así.
-¿Le conoces?
-Sí. Blanck, ¿te
encuentras bien?
Blanck giró la cabeza
para mirar a Jaleel ya sin ninguna lágrimas en sus ojos y aquello pareció
sacarle de su ensoñación, no se retuvo más en levantarse y sin mediar una sola
palabra se apartó a un lado. Ya oía llegar a Garland y Eleone.
-¡Majestad!
-¡Jaleel, estás bien!
Ya has llegado.
-Sí. Escuché el
mensaje que me envió Garland. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué me habéis hecho venir
aquí?
-¿Quién es ése?
-¿Él? Es… una larga
historia… Seguro que lo vuestro corre más prisa, majestad.
-En realidad no tengo
nada que decirte, Jaleel. Sólo quería tenerte aquí conmigo.
-¿Aquí contigo?
-Voy a quedarme una
temporada en Pandemónium y…
Eleone se dio cuenta
de que ahí faltaba alguien, la emoción de ver a Jaleel le hizo olvidarse de
Danna.
-Blanck, ¿y Danna?
Blanck tardó unos
segundos en contestar, posiblemente porque aún no había aceptado lo que había
pasado.
-Se ha ido.
-¿Cómo que se ha ido?
-Ha vuelto al Reino
de los Corazones.
-¡Pero…! Garland…
-¿Por qué ha hecho
eso, Blanck?
-Dijo que era un
estorbo para mí… No sé ni porqué os estoy explicando esto.
Blanck empezó a
caminar hacia el interior de Pandemónium, no tenía a ningún sitio más al que ir
y no quería hablar con nadie.
-¿Alguien me explica
qué ha pasado?
-Es… muy largo,
Jaleel. Garland, ¿y qué hacemos ahora?
-Esto es sin duda, un
problema. Tus poderes de avatar deberán esperar.
-¿Esperar por qué?
-Mientras dejábamos a
los tortolitos a solas he recibido una interferencia de Eclissis.
-¿Una interferencia?
-Una muy grande. Hacía
muchos años que no recibía una igual.
-¿Y eso qué
significa, Garland?
-Que es posible que
esté bajo un ataque.
-¡¿Bajo un ataque?!
¡Es lo que vi, cuando mataban a… y me…!
Eleone pareció dejar
la frase a medias, no quería que Jaleel se enterara de que le mataban y a ella
la capturaban.
-¡¿Qué hacemos
majestad?!
-Nada…
-¡¿Nada?!
-Debemos permanecer
aquí.
-Incluso yo estoy en
contra de esa idea, Eleone.
-¡Tú no decides nada,
Garland! Teníamos un trato…
-Lo sé. Pero… Si quién
está atacando Eclissis es Caos…
-Él es quien estaba
en las visiones. Es por eso que quiero…
-¿Evitarle?
-Aquí me protegerás.
-¡Majestad, ¿desde cuándo
os habéis vuelto tan cobarde?!
-No es…
-¡Puede estar
muriendo gente, deberíamos estar ayudando!
Eleone no podía
responder a esas acusaciones, ella lo sabía mejor que él, pero si volvían, él
moriría y ella… no quería descubrir que harían con ella.
-Las visiones no
siempre se hacen realidad, Eleone. Es un poder muy grande que te puede permitir
cambiar el futuro.
-¡¿Intentas hacer de
abuelo bueno?!
-¡…!
-No. Ya sabes lo que
opino de eso. Sólo intentaba aconsejarte como…
-¡¿Como hubieras
hecho con mi madre?!
-¿La reina Arturia?
¿Qué tiene que ver en esto?
-¿No te lo ha contado
Ansem?
-¿El qué?
-Porqué la reina
Arturia te adoptó.
-¡¿Mi madre le adoptó?!
-No… Yo no lo
recuerdo y él… dice que no le dijo el porqué… Espera, ¿tú sí lo sabes?
-Vaya, vaya… parece
que Arturia se llevó demasiadas cosas a la tumba.
-¡Habla ya, Garland!
-Me temo que no hay
tiempo. Puede que no fuera un buen padre, Eleone. Pero no voy a permitir que
por lo que luchó tu madre sea pisoteado por Caos.
-La ciudad se puede
reconstruir…
-¡No es la ciudad lo
que peligra, insensata!
-¡…!
-¡Habla, Garland!
Jaleel invocó su
Llave espada apuntándole y en las manos de Mavras apareció la suya,
sorprendiendo a unos más que a otros.
-¿Otro Elegido?
-Oh, veo que has
encontrado a tu hermano…
-¿Hermano?
-Baja ese arma,
Jaleel, no tienes nada que hacer contra mí.
-He mejorado mucho,
viejo.
-Lo sé. Pero mi Llave
espada no va a atacar a su dueño.
-¡¿Cómo?! Entonces lo
que dijo Ansem…
-¿De verdad se creía
que no me daría cuenta de para qué quería mi casco?
-Entonces soy…
-No te equivoques,
joven. Eres un Elegido, y no porque mi armadura repose en ti, pero mientras
esté en ti, no podrás hacerme daño. Así que baja el arma. En cuanto a ti,
Eleone, si quieres quedarte aquí, eres libre. Estarás protegida. Pero yo me voy
a proteger lo que deberías estar protegiendo tú.
-¡¿Y qué quieres que
haga?! ¡¿Que vaya me cojan y maten a…?!
-¿…?
-Yo te protegeré, a
ti y al joven Jaleel. Caos es poderoso, pero yo seré un duro rival. Tenemos que
echarle de Eclissis antes de que sea demasiado tarde. Si lo conseguimos o si
consigue él lo que quiere y seguimos vivos. Os contaré todo lo que sé.
Esas últimas palabras
terminaron de convencer a Jaleel y Eleone, Mavras iría a donde su hermano
fuese. Aún así le apartó un momento para hablar con él.
-¿Vamos a una guerra,
Jal?
-¿Jal? Bueno da
igual. La Llave espada permanecerá en tu mano mientras yo tenga la mía, así que
podrás defenderte, pero nada de hacerte el héroe.
-Cuenta conmigo.
-¿Y cómo vamos a
llegar a tiempo…?
Eleone parecía defraudada, no podía creerse que hubiera interpuesto su seguridad y la de Jaleel ante toda la de su pueblo y que encima otros hubieran tenido que hacerle abrir los ojos, y que uno de esos otros fuera su abuelo el que había dejado tirada a su familia hacía años.
Eleone parecía defraudada, no podía creerse que hubiera interpuesto su seguridad y la de Jaleel ante toda la de su pueblo y que encima otros hubieran tenido que hacerle abrir los ojos, y que uno de esos otros fuera su abuelo el que había dejado tirada a su familia hacía años.
-Abriré un portal de
Oscuridad.
-¿Puedes hacer eso?
-Eso y muchas otras
cosas. No hay tiempo para juzgar Luz y Oscuridad, lo que Caos planea hacer va
por encima de esas nimiedades.
-¡Pues vamos!
Jaleel y Mavras se
acercaron hasta Eleone y Garland y el último invocó un Portal de Oscuridad el
cual atravesaron todos aunque aparecieron en las afueras de Eclissis.
-¿Mmm? ¿Habéis
montado una barrera mágica?
-¡No hay tiempo para
eso, hay una puerta muy cerca!
Eleone salió
corriendo y los otros tres la siguieron.
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Mientras, en el castillo de Eclissis, Caos derribaba a los últimos soldados que se interponían entre él y su meta. No tardó en llegar a las escaleras que iban al sótano y empezó a bajar escaleras a gran velocidad, allí abajo encontró un portón cerrado y blindado al que nadie había accedido en diez años.
Mientras, en el castillo de Eclissis, Caos derribaba a los últimos soldados que se interponían entre él y su meta. No tardó en llegar a las escaleras que iban al sótano y empezó a bajar escaleras a gran velocidad, allí abajo encontró un portón cerrado y blindado al que nadie había accedido en diez años.
-Aquí encontraré una
pista del paradero de la Llave.
Caos derribó la puerta sin pestañear y se adentró a lo que parecía un santuario, había cuatro columnas con diferentes símbolos y varias cadenas se entrelazaban entre las columnas y el centro de la sala dónde descansaba un poderoso sello mágico hacia un poco más abajo.
Caos derribó la puerta sin pestañear y se adentró a lo que parecía un santuario, había cuatro columnas con diferentes símbolos y varias cadenas se entrelazaban entre las columnas y el centro de la sala dónde descansaba un poderoso sello mágico hacia un poco más abajo.
-Al fin te he
encontrado… Ánima…
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En el otro lado del Reino de la Luz, muy cerca del Reino Intermedio, Claudia y su guardián Zero descansaban en los sillones de la sala del trono cuando a la princesa empezó a brillarle el pecho, aunque el color no era el normal, ella brillaba en azul.
En el otro lado del Reino de la Luz, muy cerca del Reino Intermedio, Claudia y su guardián Zero descansaban en los sillones de la sala del trono cuando a la princesa empezó a brillarle el pecho, aunque el color no era el normal, ella brillaba en azul.
-Ah… Aggg…
-¿Princesa, qué os
ocurre?
-N-no… no lo sé… El
pecho, me arde…
Claudia entonces bajó
la mirada y vio aquel pulso azul emanar de su pecho.
-Es el aura… No puedo
contenerla… Se está haciendo más fuerte.
-¿El aura?
-Es el poder que mi
madre me dejó… Siempre me ha acompañado azul… Me dijo que era muy poderoso e
importante… es lo que uso cuando… ¡Ahhhhh!
-¡Claudia!
Zero se lanzó de un
sillón al otro de un impulso y sujetó a la princesa con suavidad pero con
firmeza.
-¿Estás bien?
-Me… Me has llamado
Claudia… También me lo llamaste cuando caí en tus brazos…
-Es que… me he puesto
nervioso. ¿Estáis bien, princesa?
-Estoy empezando a
preferir que me llames por el nombre. Lo haces con más… Aggg…
-Princesa, resistid.
-N-no… no sé qué me
pasa… Me… Me arde… ¡Ahhhhh!
Una explosión de un
brillo azul rodeó a ambos.
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No tardaron Eleone y
compañía en convencer a un soldado para que les dejara entrar en la ciudad y
ver con sus propios ojos el destrozo que había causado Caos. La reina casi se
pone a llorar al verlo pero fue contenida por sus ganas de venganza.
-¿A dónde, Garland?
-Habrá ido al
castillo, allí es dónde está lo que quiere. No hay tiempo, invocad las Llaves
deslizador.
Eleone y Jaleel le
hicieron caso, y éste último cogió a su hermano, luego Garland desveló su Llave
deslizador, que era la misma de Jaleel, algo que sorprendió a todos los
presentes, pero su tarea era lo principal y salieron volando hacia el castillo.
Por el camino
divisaron a Alexander y a Eryn heridos y Eleone se separó del grupo.
-¡Alex! ¡Eryn!
-¡Eleone ahora no!
-¡Seguid vosotros, no
puedo dejarles morir!
-¡Pero…!
-Garland, hazle caso.
Sigue adelante.
La reina terminó de
bajar al suelo y el resto del equipo siguió hacia delante, en cuanto llegó al
lado de sus amigos les curó con todo su poder. No fue un milagro pero al menos
paró las hemorragias y les devolvió la consciencia.
-Eleone…
-Majestad…
-Estáis bien. Pensé
que estábais muertos.
-Somos duros de roer,
¿eh, Alexander?
-Sí… Me alegro de
veros, alteza.
-Y yo a vosotros. ¿Caos
os hizo esto?
-Sí, majestad. Es muy
poderoso, no os acerquéis a él, os está buscando.
-Lo sé, por eso no
quería volver. Tenía miedo. Pero ya no lo tengo.
Eleone les dejó
reponerse y empezó a caminar hacia el castillo.
-¿Vas a ir?
-Tengo que hacerlo.
Tengo que defender mi reino.
-No, no vayas… por
favor…
-Alexander, si una
reina no protege su reino, ¿entonces de qué sirve?
Alexander se calló y
Eryn pareció sonreír hacia su interior mientras ambos, intentando recuperarse,
veían como Eleone se alejaba cada vez más.
-Confía en ella,
Alexander.
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Cuando Claudia y Zero volvieron a abrir los ojos ya no se
encontraban en aquella sala del trono, se encontraban en aquella extraña sala
que había descubierto Caos y él estaba delante de ellos. A Claudia ya no parecía
dolerle nada, Zero se levantó invocando sus Llaves espada nada más ver a Caos en
aquella forma, incluso tan desfigurado sentía su presencia, él se limitó a
sonreír y a decir cosas por lo bajo.
-Je, je, je… Parece
que Arturia quiso desviar la atención a posta.
-¡¿Cómo… demonios…?!
-Y pensar que la tuve
delante de mis narices… Pero mejor así, el plan ha salido perfecto. Desde aquí
pude invocar el poder de Ánima y llamarte. Ya te he encontrado, Llave…
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